Qué ilusos fuimos al pensar que, por fin, llegaba la primavera, ¿verdad? Tal vez convenía tener más presente cierto refrán que advierte sobre la conveniencia de tener la rebeca a mano hasta que llegue el 9 de junio, y así no nos llevaríamos estos disgustazos. Por otra parte, aunque el recién acabado mes de abril nos hubiera deparado más días cálidos, seguiríamos teniendo las mismas ganas de consignarlo al rincón más polvoriento y recóndito de nuestra memoria, porque razones para cabrearnos no nos han faltado. En mi caso, el mes comenzaba con una pérdida personal, lo que lo hizo más doloroso todavía, pero reconozco que también me han fastidiado lo suyo la marcha de Roger Ebert, la de Mariví Bilbao, el cierre de LucasArts… Bueno, éste no tanto, que ya de LucasArts sólo les quedaba el nombre y poco más.
A lo que íbamos: ahora comienza un nuevo mes, pero sigue haciendo frío, así que permitidme que os ofrezca un plan por si tenéis que quedaros en casa. Sólo tenéis que abrigaros si procede, coger una taza de vuestra bebida caliente favorita, y empezar a leer lo que os cuento sobre el extraño juego que traigo hoy ante vosotros: Zeno Clash.
A patadas en el culo con tu Padre-Madre y tus hermanos
- De todos mis hijos, sólo tú me odias, Ghat. ¿Por qué?
- Bueno, Padre-Madre, la cosa tiene su guasa. ¿Has leído a Freud?