domingo, 21 de julio de 2013

FTL: Faster Than Light, una carrera contra el tiempo, el espacio y la fatalidad

¿Tenéis alguna vez esa sensación de que hay algo que debéis hacer, pero os da una pereza inimaginable hacerlo? Yo la tengo de manera casi constante. Es una de las razones por las que La Página Negra no actualiza tanto como debería.

A decir verdad, tampoco ayuda el hecho de que estos meses esté más centrado (es un decir) en mi colaboración con la excelsa página de David “Ekon” Molina, Pixel Busters, ni mi posición como Almost Forever DM en mi grupo de juego (compuesto por este excelso dibujante y por uno de los secundarios de Crónicas de Sangre, entre otros), ni mi reciente mudanza a un piso más nuevecito y cuco con mi buen amigo Umbriel.

Pero, como lo que no te mata te hace más fuerte (o eso dice el tito Fede), aquí estoy de nuevo, y con uno de esos JUEGAZOS que hace que el gafapastismo dentro del mundo del videojuego esté semijustificado. Dicho en román paladino, que es un juego indie y que es LA POLLA CON CEBOLLA y especias variadas… siempre y cuando seáis de los que saben perder con deportividad.  Enfundaos vuestro uniforme de tripulante de astronave y subid a bordo, que ya zarpa la nave de FTL: Faster Than Light.

Nuestra última (y mejor) esperanza de paz

 Hay que sobrevivir al sector, y salir lo bastante fresco como para superar el siguiente.

Ir hasta el punto de salto marcado como “Exit”, saltar al siguiente sector, y así otras siete veces: más complicado de lo que parece.