lunes, 17 de febrero de 2014

Hitman: Blood Money, la perfección a la que se llega con la práctica

¿Disfrutasteis del reciente Día de San Valentín? Espero que obedecierais mi recomendación de evitar cierta película como si transmitiera hongos del pie con sólo verla. De paso, también espero que pasaseis el día en buena compañía. ¿Y yo? Yo lo pasé con mis amigos, dirigiendo una partida a Superhéroes INC que acabó con los protagonistas huyendo en un trineo de Papá Noel creado con un hechizo de ilusión y disfrazados de un ex superhombre nazi y dos de sus asociados; mejor que no preguntéis el porqué.

Y aquí estoy de nuevo para volveros a hablar del Golgo 13 occidental, el señor 47, y de la “verdadera” secuela a Hitman 2: Silent Assassin. Tras el curioso interludio que supuso Contracts, es hora de que el asesino clónico de reluciente calva añada nuevos trucos a su amplia lista de artes de infiltración y muerte, y nuevos nombres a su lista de víctimas eliminadas con fría profesionalidad. Todo esto, y algunas cosas más, es lo que nos ofrece Hitman: Blood Money.

Alguien sigue tus pasos, 47, y no para pedirte un autógrafo

Soy un asesino clónico, no un cosplayer.

La próxima vez que una misión me obligue a disfrazarme de personaje de dibujos animados, pido un extra por obligarme a rebajar mi dignidad.

viernes, 14 de febrero de 2014

Un San Valentín de Muerte: sólo los tontos se enamoran

Hoy es el Día de los Enamorados, también conocido como el Día de Llorar a Moco Tendido en las Tinieblas de Tu Cuarto por los solitarios sin pareja, o como el Día de Sacarnos Dinero en Nombre de Quedar Bien con Nuestra Pareja por los detractores de la festividad. Lo llaméis como lo llaméis, aquí os traigo, como ya hice el año pasado, una peli apropiada a estas fechas. Abrazaos con la persona a la que queréis (o en su defecto, con vuestro perrito, gatito, mascota de otro tipo o peluche preferido), porque hoy vamos a pasar Un San Valentín de Muerte.

En realidad no, pero así se llama la película, de modo que…

Reunión de antiguas alumnas en el cementerio más cercano

Cagontó, Shelley, ¿qué te costaba llamar para hacer una quedada?

Al final, Shelley hizo ´lo único que pudo para reunir a la vieja panda de amigas: morirse.

jueves, 6 de febrero de 2014

Hitman: Contracts, lágrimas en un día de lluvia mientras esperas la próxima aventura

Os voy a confesar algo: no sé qué mosca me ha picado en estas últimas semanas con el blog. Si lo supiera, hace tiempo que hubiera puesto mis rancias carnes a tiro de su picadura. Estoy rajando como no hacía desde un lustro atrás (os dejo a vosotros la inevitable reflexión sobre lo viejos que nos estamos haciendo), y no sé hasta cuando me durará la cuerda… ¡pero por mí que no pare! A ver si así compenso mis largos, largos años de improductividad, aunque sea sólo un poquito, y de paso recupero el “callo” de escribir, que tal y como está la cosa va a acabar siendo mi único modo de sobrevivir a esta puta debacle nacional.

No, no voy a ponerme a hablar de los detalles concretos de la situación actual, que ya rajé en el post de Manhunter suficiente, y no quiero hundiros más en la miseria… por ahora. Además, el juego que nos toca hoy es sombrío, sombrío. Más de cuatro años y medio después de hablar por última vez de 47, el misterioso asesino a sueldo clónico que protagoniza la saga por excelencia de IO Interactive, La Página Negra vuelve a encontrarse con él en su hora más aciaga, y no porque el juego sea malo, sino porque nunca antes lo ha tenido tan negro.

¿Es ésta mi vida? ¿Es así como termina?

Decidido: si sobrevivo a la bala que tengo en la tripa, me busco una afición, por chorra que sea; por ejemplo, escribir un blog de cine de terror y videojuegos.

Dicen que, en la hora de tu muerte, ves pasar tu vida delante de tus ojos. Y yo no hago más que verme estrangulando a gilipollas de toda raza y condición con mi cable de fibra.

lunes, 3 de febrero de 2014

Manhunter: la semilla que plantó el doctor Lecter

Bonita semana la que acaba de concluir, sí señor; y cuando digo “bonita”, quiero decir que es difícil hacerla más putamiérdica. Primero sufrí un empacho que me impedía comer con normalidad, luego mareos a causa de dolores cervicales (que, por cierto, aún no han remitido del todo), luego vino ese impúdico show que se dio en llamar “convención nacional del Partido Popular”, más tarde un temporal de los gordos arrasó la zona turística de mi ciudad natal, la fea sombra de la sospecha volvió a planear sobre Woody Allen, y Philip Seymour Hoffman apareció muerto por sobredosis en su casa. Ah, y a una mujer en Valladolid le provocaron un derrame cerebral a porrazos por manifestarse contra la caterva de golfos que nos gobierna, pero eso sólo lo leeréis en Twitter, que mencionarlo en los medios no contribuye a la Marca España.

Menos mal que aún nos quedan pelis que ver y juegos a los que jugar; que sí, que como consuelo es más bien débil, pero es mejor que nada. Además, ¿cómo esperamos enfrentarnos a este poder insensible, cruel y estúpido que nos domina si no tenemos momentos en los que descansar el cuerpo y la cabeza? No es que desde este blog vaya a presumir de hacer la revolución, ni siquiera de ayudar a hacerla, pero viendo como está el mundo no faltan ganas de olvidarse de él por un rato para no verse desbordado por su iniquidad; y si en algo es especialista este blog es en ofrecer alternativas más o menos válidas para ello. Por ejemplo: ¿cuántos sabíais que hubo una adaptación de las novelas de Hannibal Lecter anterior a El silencio de los corderos? Porque la hubo: se llama Manhunter, fue uno de los primeros filmes como director de Michael Mann, y hoy vamos a sumergirnos en ella.

Pensar como ellos, sentir como ellos, grillarse como ellos

 Venga, Jack, cuéntamelo. Total, ya me has amargado la jornada para los restos...

“Hace un buen día, ya verás cómo viene alguien y lo jode”. Mi ex jefe, para más señas.