¿Os acordáis de mi propósito de Año Nuevo? Si es así, no me cabe duda de que lo daréis por incumplido, vista la amplia diferencia de tiempo entre la anterior entrada y esta. Pero tengo mis razones:
Algo así fue, pero sin la figurita de palo y sin tanta destrucción masiva. Por suerte, los capaces técnicos de la tienda en la que lo compré (nombre omitido para no hacer publi gratuita) fueron capaces de librarme del molesto bichito. Un cambio de antivirus y una pasada del mismo después (en la que detecté un virus potencial que se les escapó a los chicos de la tienda), mi ordenador está como nuevo o mejor, con menos programas que se cargan con el inicio del ordenador sin ser necesarios, y listo para volver a la refriega bloguera.
Y vuelvo al tajo con una película que tiene mucho en común con El proyecto de la bruja de Blair, y no poco con Ghostwatch. Es decir, periodistas magufos-pero-en-un-mundo-en-que-esas-cosas-existen, y naves del misterio que acaban encontrándose con misterios que amenazan con despedazarlas como en un tsunami de los gordos.
¿Quieres la verdad? ¡Tú no puedes soportar la verdad!
Masafumi Kobayashi, nuestro protagonista.