Para mi inmensa vergüenza, ayer no fui capaz de acudir a la conferencia sobre zombis en la sala Zahora Magestic, y de paso me perdí la oportunidad de entrevistar a Javier Botet, el inolvidable monstruo final de [·REC]. Por otra parte, la proyección de Reflejos en la TV española provocó un repentino aumento de visitas en el blog que me dejó entre sorprendido y encantado, pese a que (una vez más) ni el tato dejó comentarios. Pero hoy amanece un nuevo día, y es hora de seguir adelante y pasarlo pirata con el programa de actividades de Hemoglozine.
Y el programa de hoy comienza a las cinco de la tarde con una fiesta de Halloween especial para los más pequeños; porque, si hay algo claro en un festejo que va de disfrazarse de monstruito, es que los niños lo van a disfrutar más que nadie. La festividad, que tiene lugar en las instalaciones del Espacio Joven del Ayuntamiento de Ciudad Real, incluye talleres, pintacaras, y hasta un pasaje del terror (más bien miedito) para chavales de cinco a doce años. ¡Llevad a vuestros hijos, sobrinos, o chavales bajo vuestro cuidado, y estimulad su faceta creativa desde bien pequeños con un trauma infantil!
(Es coña. No creo que la fiesta cree trauma alguno; antes al contrario, les aportará un estímulo a su imaginación que les vendrá de puta madre en el futuro)
Para los que tenemos algo más de edad, Las Vías proyecta desde las siete de la tarde una maratón de cortos de lo más interesante, que incluye todos los capítulos de la webserie Zombie doméstico y el corto de Santiago de Lucas La gran revelación, que vuelve a reunir al equipo de La hora chanante y Muchachada Nui en torno a una delirante trama relacionada con los videojuegos, los programas antes mencionados y la peculiar idiosincrasia de sus creadores. La entrada, incluyendo palomitas y refresco, es de sólo 4,50 euros, y si os quedáis hasta las nueve de la noche… tendréis un premio.
El premio será asistir a la primera proyección 100% palomitera de cine malo que tiene lugar en Ciudad Real. Por gentileza de SyFy, canal famoso por financiar producciones fantaterroríficas que bien podrían contar como crímenes contra el celuloide, los que os quedéis en el cine podréis ¿disfrutar? de Megapiranha y El ataque del tiburón de dos cabezas, dos ejemplos de que, si bien el cine español puede tener mala fama, al menos no ha caído aún todo lo bajo que puede caer. Lo importante de todo esto es que la proyección no seguirá las reglas de un pase cinematográfico al uso: antes al contrario, los espectadores podrán (y deberán) reír, llorar, abuchear y gritarle a los protagonistas cuando hagan algo estúpido. Asimismo, se les invita a llevar sus teléfonos móviles encendidos, para así twitear en tiempo real el desarrollo de la película y los extremos de caspa que alcanza, los cuales a su vez serán reflejados en una pantalla auxiliar instalada a tal efecto.
¿Alguien se anima? Porque, lo que soy yo, me lo estoy planteando.
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