Pues sí, chicos y chicas, ya es Noche de Brujas, Samhain, o Halloween. Llamadlo como queráis, pero es una gran excusa para disfrazarse de monstruo, para ver películas (y jugar a juegos) de terror… y, sobre todo, para inaugurar un festival de cine dedicado al género. Hemoglozine 2012 por fin ha arrancado, y allí he estado yo para ver la inauguración como un plumilla más.
Lo cierto es que, como ya me pasó con la proyección de Quatermass And The Pit, llegué con un poco de retraso respecto a la hora prefijada para el comienzo, las siete de la tarde. Rock FM me hizo más llevadero el camino, y cuando al fin encontré aparcamiento cerca de Las Vías (y lejos de los odiosos “gorrillas”), me dirigí a la carrera hacia la entrada con los compases de Revolution todavía en mis oídos. Justo frente a la puerta, me pareció ver a unos chicos de aspecto… digamos que extraño, pero lo cierto es que iba con prisas y no me pude fijar mucho en ellos: tan sólo alcancé a echarles una foto antes de meterme en el vestíbulo del complejo de ocio. Ay, si la hubiera revisado tras tomarla…
“Pues sí que noto algo raro en estos jambos, pero no acabo de ver el qué”.
Dentro me esperaba una multitud bastante respetable para el espacio en el que se agolpaba: bastantes fotógrafos y cámaras de los medios de comunicación, y no pocas familias con sus hijos, alguno de los cuales iba hasta vestido para la ocasión; pude ver en el propio acto a un encantador chaval de unos diez u once años maquillado de muerto andante, y más a lo lejos a un adorable caballerete de unos seis años vestido a la manera del Drácula más clásico. Aún tuve tiempo de sacar los pertrechos de mi oficio de la mochila y prepararme para usarlos antes de que, a las 19:20 horas, diera comienzo la inauguración.
Luis Eduardo González da la bienvenida a los presentes a Hemoglozine.
Entre las caras oficiales en la presentación del acto, ninguna novedad respecto a la rueda de prensa del 29 de octubre. De nuevo Luis Eduardo González y Daniel Chamorro como las caras de la organización, Daniel Triguero como la de la Diputación provincial y Pedro Lozano como representante del Ayuntamiento. Se suponía que la propia alcaldesa, Rosa Romero, iba a asistir al acto, pero Lozano presentó disculpas en su nombre alegando que compromisos previos de su agenda le impedían asistir. Al oír eso, pensé de repente que la vida de un alcalde tiene que ser de un aburrimiento insoportable para alguien como yo.
Chamorro fue el último en hablar, y para la ocasión sacó de su manga un discurso que, partiendo de la importancia de las narraciones desde los orígenes del hombre, resaltaba la importancia de este festival en momentos tan duros en inciertos como los actuales. El siguiente extracto se me quedó grabado en algo más que mi Olympus:
“Son las artes las que siempre parecen menos importantes cuando las cosas van mal, pero sin embargo siempre han sido nuestro refugio para salir adelante, así como el sueño nos libra de nuestras obsesiones y de caer en la locura”.
Se me antoja que el mundo de ahora, y más en concreto la España de ahora, es una pesadilla digna de Freddy Kruger en un día inspirado. Viene bien tener sueños como este festival para sobrellevar mejor este infierno, aún sin olvidarnos de él; de hecho, Chamorro recordó que Manos Unidas estará presente en las actividades de Hemoglozine recaudando fondos para ayudar a los más desfavorecidos del mundo.
Con estas palabras llegaba a su fin la inauguración de Hemoglozine… o eso parecía, hasta que un hombre greñudo, armado con una escopeta y una motosierra en marcha que apestaba a gasolina, irrumpió en el acto y tomó control del micro.
“Buenas noches, bienvenidos, hijos del rock’n roll/Os saludan los aliados de la noche”
El hombre, visiblemente alterado, intentó avisarnos de que debíamos huir, de que había una infección terrible ahí fuera y de que corríamos peligro, pero al principio ninguno de nosotros entendió sus palabras. Estábamos preguntándonos que pasaba cuando me acordé de los tipos extraños a los que vi fuera del cine. ¿No había algo como… macilento en ellos?
Y entonces, entraron los muertos vivientes.
Menos mal que estos zombis no pretendían comerle el cerebro a nadie, sino servir de séquito a Z3P-OR, el zombi de protocolo de Hemoglozine, quien nos emocionó a todos con un sentido alegato en favor del respeto a los discapacitados vitales como él. Si señor, los zombis son también gente normal, lo que pasa es que sus requerimientos dietéticos son especiales. ¿No les pasa lo mismo a los celíacos? ¿A qué esperan en Mercadona para vender sesos humanos?
Z3P-OR, un zombi doméstico en un mundo lleno de peligros.
Con esto sí que se dio por cerrada la inauguración de Hemoglozine. Bueno, con esto y con una foto de familia de todos los implicados.
Buen rollo, pero como hagas amago de morder a alguien te abro un tragaluz en el cráneo.
Cumplido el trámite, los chicos de prensa y los festivaleros nos fuimos a tomar algo en el Mara, uno de los establecimientos situados dentro del Parque de Ocio Las Vías. Yo entablé conversación con los chicos zombis, actores del Castillo del Terror de Consuegra, y nos ensimismamos tanto hablando de series de TV buenas (me recomendaron Breaking Bad, y yo hice lo propio con Misfits) que se me pasó entrar al pase de estreno de Sinister. También tuve el placer de conocer a Santiago de Lucas, la persona que da vida a Z3P-OR.
En vista de que ya era tarde para entrar a Sinister, y de que Paranormal Activity 4 no admitía entrada con pase de prensa (sin contar que no he visto sus partes anteriores aún), me volví a casa, y me puse a escribir esto que leéis mientras mi nuevo compañero de piso celebraba una fiesta de Halloween con sus amigotes. Ahora mismo les oigo hablar y reírse mientras completo esta frase.
Porque, aunque pronto vaya a dar la medianoche, y con ello a comenzar oficialmente el mes de noviembre, Halloween no termina aún. Queda la fiesta de Hemoglozine en Zahora Magestic, y las muchas otras fiestas de Halloween en los mejores sitios de Ciudad Real. Quedan las chicas vestidas de monstruitas sexys, o de monstruitas estremecedoras, o de las dos cosas. Quedan (¿quedamos?) los chicos intentando convencerlas de que nos embrujen y nos lleven a una dulce perdición. Queda el recuerdo a los que ya no están, y a los que a lo mejor han vuelto con el frío aire de la noche para ver qué tal estamos los vivos. Queda mucho tiempo hasta el amanecer.
Así que buenas noches, y que los malos espíritus no hagan presa en vosotros. Si todo va bien, nos volvemos a leer pronto por aquí. Hasta entonces.
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